Yo estaba en una bateria de costa en la punta de una montaña con varios sargentos y un teniente... allí hacien lo que queria y los muy ladrones hijos de puta nos daban de comer mierda y se llevaban el dinero de cocina... por ejemplo... las alubias eran con agua caliente y por la noche bocadillo de solo pan son una loncha muy fina de mortadela.
Como comias tú en tu cuartel? cuentanoslo a todos!!
Respuestas
No era mala, en mi casa no comia verduras, pero en la mili aprendi a comer casi de todo. Estando destinado en el Tercio de Levante, entre "curso/reemplazo/, se comia mejor debido a que eramos 300/400, cuando habia reclutas era diferente por la gran cantidad de gente que suponia hacer de comer para casi 2000 personas, pero no era mala. Tampoco podia ser exquisito, en casa no sobraba para mandar dinero, asi que a comer "rancho".
En mi cuartel había 5 compañías: Plana Mayor, Mixta, Puentes, Via y Obras y Escuela de prácticos de RENFE. Si bien había un civil cocinero profesional que dirigía la cocina, también unos soldados con destino cocina; cada mes una de las 5 compañías cogía el mando y aportaba personal. Siempre comimos de forma correcta, cuando la dirigía mi compañía VyO había cocacola o fanta para beber esa era la diferencia, siempre hubo vino también y digamos se comía bíen y con suficiencia excepto un mes que al mando del subteniente chusquero de la compañía Escuela apenas había nada para comer y lo que había era incomestible por lo que sólo iba al comedor a coger pan. He de decir que ese subteniente un mes antes se había comprado un coche de lujo y pasado el mes como castigo lo trasladaron de Escuela a juzgados pero que yo sepa nada más. Yo lo hubiera expulsado del Ejército tras un juicio que de bien seguro lo hubiera condenado por corrupto, inhumano y mala persona.
En el CIR era pasable. Pero alli solo estuve 38 dias. En Marines, la comida era bastante buena. Alli, cada mes, una compañia se encargaba de la administración del comedor. Yo practicamente solo iba al desyuno y a la comida. La cena la haciamos en la "cafeta" un enorme comdor con tiendas y barras dirigido por civiles donde nos poniamos hasta el culo de cerveza y platos combinados, dulces y todo la pesca.. Eramos 3 regimientos. La AGL3 (Agrupación logistica de la división) El RMIX3 (Regimiento mixto de Ingenieros de la división) solo el batallón de zapadores, el de transmisiones subió a Marines cuando yo llevaba mas de media mili, y el RCLAC Lusitania 8. Cuando nos tocó a nosotros la cocina comimos como reyes, teniamos lo que queriamos, y la compañia siempre estaba llena de comido, y bebida.
Dos cosas hacian la diferencia en la comida del cuartel. Una dependía de qué oficial estuviera a cargo de la cocina ( no recuerdo si era por semana o por mes). La otra era el interés que tuvieran quienes estaban haciendo las labores de cocina ( había HDP que, por el resentimiento de estar en la mili, se desquitaban haciendo mal la comida, o lavando mal los platos; en España somos especialistas en jodernos los de la misma condición, y así nos va).
Cuando le tocaba encargado de cocina al capitán de mi compañía (Lara, no recuerdo el nombre de pila) comíamos muy bien. Hasta nos llevaban un bocadillo a media mañana y a media tarde donde estuviéramos entrenando, campo de tiro, pista de obstáculos etc. Cuando le tocaba a los "rateros", llenaban ellos las despensas en sus casas pero a nosotros nos daban mala comida.
En general, la comida no me parecía mala, o tal vez era el hambre que teníamos porque no parábamos de hacer ejercicios. En un día normal, salíamos casi amaneciendo del cuartel, caminábamos unos 30 kms con todo el equipo, hacíamos ejercicios de guerra donde llegábamos ( desde defensa personal hasta asaltos a objetivos etc.) y regresábamos caminando a muy buen paso para llegar a comer. Eso, sin importar si habíamos hecho guardias o que a menudo nos tocaran generala a las tres de la mañana y tuviéramos que hacer ejercicios de tiro en obscuridad, o montaje de explosivos, en el campo de tiro.
Una de las contradiciones de los seres humanos era que muchos preferían no ir a cenar ( la cena solía ser libre) y pagar en el bar del cuartel por los mismos huevos fritos y la misma morcilla que se servía gratis en el comedor. Los días que había huevos fritos con morcilla de Burgos, yo me ponía las botas porque la poca asistencia a la cena hacía que sobrara para hartarnos los que estábamos en el comedor. Nunca tuve problemas de estómago ni puedo decir que pasé hambre. Y debo aclarar que en mi casa se comía muy bien, o sea, que no lo digo porque viniera de un ambiente pobre en alimentación.
Un detalle es que siempre había vino en las comidas. Eso ayudaba mucho si la sazón del rancho no era la mejor a veces. Los cocineros que me tocaron no eran malos, pero los "ayudantes" forzados que les ponían eran muy poco solidarios y hacían cochinadas con la comida. Lo sé porque tuve que cantarle las cuarenta y poner en su sitio a más de uno cuando tenia yo ya algo de mando. No hay peor perro que el que muerde a sus iguales. Eso no es un perro, es una pinche rata. Se cagaban vivos cuando les gritaba esto a dos centrímetros de sus narices. Y sabían que podía afirmar con los puños lo que decía con el grito.
Los oficiales de cocina que nos daban mal de comer, se veían puestos en evidencia cuando le tocaba cocina al capitán Lara. No les importaba. Tenían además otras características típicas de las ratas de alcantarilla. Lo que no sabían era que no los respetábamos, y el respeto de sus hombres es lo más sagrado que puede tener un oficial. A Lara lo hubiéramos defendido con gusto en cualquier situación de peligro o de guerra. A algunos de los otros nadie les hubiera hecho caso en un frente real, o peor aún, nadie hubiera corrido ningún riesgo por ellos. De hecho, hacíamos "teatro" puro frente a ellos, pero por dentro los llamábamos hijos de puta. Eso se ganaban por no ser honrados y no pensar en su tropa.
En el General Sanjurjo, cuando estuve yo, había un suboficial mayor que era un sinvergüenza de comandante de cocina, que nos daba porquería sin sustancia para comer y frituras para cenar. Ahora el camión de Panrico y los costillares y lomos de ternera y de cerdo nos pasaban por delante de los morros, los descargabamos y después desaparecía la buena comida. Durante 2 meses cambiaron de comandante de cocina, entero un subteniente y comimos muy bien, lo que certifica que ese tipo era un sinvergüenza que se enriquecía a costa del ejército y de los soldados de reemplazo. Por suerte hice muchos transportes a otros cuarteles y podía comparar y ver lo bien que comían en casi todos los sitios.
Un saludo compañeros.
SE COMIA MEJOR CUANDO SALIA DE MANIOBRAS
dejaba mucho k desear y las cenas peor
La comida en el campamento a mi gusto dejaba mucho que desear,y ademas como,ponian en el centro de las mesoa los bateones con la comida como no andases listo,te podias quedar hasta sin comer ,porque nos seviamos nosotros mismos,.....al contrario que en el cuartel que toda la tropa era sevida por los cocineros que eramos nosotros,,, y todos los soldados llevaban sus raciones y muchos repetian.y he de decir que la comida generalmente era bastante buena,pues todos los dias antes de comer la tropa, se le llevaba una prueba al teniente coronel y os aseguro que la probaba,,porque un dia que lo recuerdo habia salmonetes con guarnicion,y esos salmonetes no estaban en condiciones ,pus nos hicieron echarle una cantidad de limon esprimido despues de fritos para que se le apaciguase ese sabor tan desagradable,y se lo advertimos al cocinero ,que era un civil y al brigada de cocina y no nos hizo caso ,y se presento en la cocina el teniente coronel y huvo que tirarlos todos,y ordeno al brigada que en una hora tenia que tener comida para toda la tropa,,asi que cogio un land robert,y se presento abajo en las PALMAS en la pollerias y se trajo todos los pollos que encontro asados y tubimos que trocearlos y latas de salchicha y asi pudo solventar ese problema ,,,el brigada estuvo una semana arrestado en banderas.
Aquellas historias que me contaba mi padre de su mili en Vetera, que si les daban de comer lentejas con bichos y carne podrida y que si pasaban mas hambre que el perro de un ciego, y tantas otras cosas, parecia que disfrutaba asustandome con lo de la mili, asi que cuando llego mi turno me fui casi con miedo irracional, luego por suerte me encontre que no era tan malo como me lo pintaron, no solamente no pase hambre, hasta gane algunos kilos una vez pasado el periodo de instruccion y terminadas las carreras vino la buena vida y el saber buscarmela me hizo echar barriguilla
Una vez en mi cuartel algo ocurrio con la cena, que era voluntaria e iba poca gente, el caso es que acabaron intoxicados con diarrea y vomitos, los cagaderos no daban abasto, la peña corriendo y cagandose en el pasillo y vomitando, los arrestados se hincharon a limpiar mierda, a unos les dio mas fuerte que a otros, mientras unos se cagaban encima, otros se reian, yo esa tarde sali de paseo y pase de la cena, ya vine cenado del pueblo, les dieron unas pastillas de aquellas que parecian magicas que lo curaban todo, y a los dos dias como muevos, si aquello llega a pasar con la comida que si era obligatoria, hubiera sido un caos, pero a la cena iban unos cuantos, y la mayoria solo por el vaso de leche antes de dormir