Ubicación

Murcia

Cumpleaños:

27 de Septiembre

Yo hice la mili en:

Artilleria

En el cuartel:

RAAAL 71 villanubla Valladolid

Destinado en la compañía o unidad:

Bateria plana mayor

Mi reemplazo fue el:

3º 1980

Mi mote era:

gambin

Serví en el cuerpo de:

Tierra

Mi mili fue así:

Cuando cumplí 20 años, tuve -como tantos otros jóvenes de mi edad- que hacer el servicio militar, un día recibí en mi domicilio una carta en la que se me indicaba el día y la hora que debía presentarme en el centro de reclutamiento de mi ciudad a fin de informarme sobre mi próxima partida. Aquel día me entere de mi destino, me mandaban a León, total casi nada, yo soy de Murcia, así que tuve que cruzar casi todo el país, me dieron el billete del tren y un macuto, que habría de ser mi maleta de viaje, también un poco de comida que básicamente eran 4 latas de no recuerdo que, galletas y algo de mermelada. Ese día conocí a algunos compañeros de que llevaban mi mismo destino, al menos aquel primer viaje no lo haría solo. De todo esto, el momento de la despedida, fue el mas duro, todo eran nervios, y porque no decirlo, también alguna lagrima, hasta que por fin y a la 0 horas y 5 minutos, salió el tren con rumbo a Madrid, curiosamente en ese momento, se pasaron los nervios, comenzaba una nueva etapa de mi vida, atrás quedaba una fase y empezaba otra. El viaje empezó entre risas, bromas y nervios, hasta que caímos rendidos por el sueño. Tras 8 horas de viaje, en aquellos trenes de entonces, por fin llegamos a Madrid y allí debíamos esperar hasta que otra vez a media noche, otro tren nos llevara a León, pensamos en dar alguna vuelta por aquella ciudad, pero al tener que cargar con el pesado petate desistimos y pasamos aquellas horas en la misma estación de tren, Madrid Chamartín. Una vez ya en el Ferral del Bernesga, empezamos con una nueva vida, aquello se reducía a obedecer a todos y en todo e intentar pasar desapercibidos, y así entre, instrucción, gimnasia, teórica y charlas, algunas visitas al cine el costeron y aquellas tardes en el hogar del soldado, empezamos a conocer el verdadero sentimiento de la amistad, pues al estar en un sitio extraño y bajo gran presión, es cuando este sentimiento aflora con más fuerza. Aquel mes y medio paso pronto, hubieron días para todo, algunos alegres y otros amargos, también tuvimos grandes juergas (en la medida que nos era posible) y por primera vez en mi vida pude ver la nieve. Un día, ya cercana la jura de bandera, nos dieron un impreso a rellenar, y entre los apartados que tenía, uno de ellos nos pedía escoger 3 destinos de una lista de muchos, yo en primer lugar pedí CIR 12 El Ferral del Bernesga, que era el sitio en donde me encontraba, pensando aquello de mas vale malo conocido que bueno por conocer, luego puse Astorga, y por ultimo un nombre que me resulto curioso, Villanubla en Valladolid (gran acierto por mi parte) y fue a este último donde me destinaron. Por fin llego la jura de bandera, fue aquel un acto entre emotivo y aburrido, en el que tras muchos – vivas, discursos, desfiles y el entrañable acto de besar la bandera, termino mi último día allí, para mí lo mejor de aquel día, fue el agradable tiempo que tuvimos, nublado y con algo de aire fresco, y lo peor fue el sermón del cura, algo mas de una hora aguantando a pie plantón y sin mover una pestaña. Y después 7 días a casa de permiso. Pero esos días pararon pronto, y tuve que volver a mi nuevo destino, y ahora el viaje si debería de hacerlo solo. Recuerdo que debía presentarme lo mas tarde un lunes a primera hora de la mañana, o dicho en términos militares, a toque de diana. Cuando llegué a Valladolid, era domingo a medio día y solo conocía el sitio al que debía de ir, pensé en meterme a un cine, pero cansado y sin apenas haber dormido decidí tomar un taxi y solo me hizo falta decirle donde quería ir, y así a primera hora de la tarde de un domingo, allí estaba yo, mi gran error fue ser el primero de mi reemplazo en aparecer (carne fresca). Yo me esperaba algo diferente, no sé, quizás un lugar mas grande, pero aquello no era un cuartel corriente, era un pequeño grupo cuya base central estaba en Madrid (RAAL 71 III grupo) (después cambio al RAA 26). Nada mas llegar me informaron de mi destino, la batería nº 30, plana mayor, y en esto si tuve mas suerte, pues al no ser una batería de armas ni servicios, la vida allí era un poco más relajada. Aquel cuartel estaba situado al pie de las pistas de despegue del aeropuerto de Valladolid, en un inmenso paramo cuyas tierras eran aprovechadas para la siembra de cereales, esto por la parte delantera, pero por la de atrás se daban una serie de ramblas montes y montículos y hasta un pequeño rio. Aquí cuartel era pequeño como ya he dicho, solo tenía 4 baterías con una capacidad de alojar a menos de 400 personas. Al entrar estaba el cuerpo de guardia y adosado a el por la derecha el bar de suboficiales, situado a la izquierda y enfrente del cuerpo de guardia había un pequeño jardín en cuyo centro estaba ubicada la bandera, algo mas a la izquierda habían unos grandes jardines, a poca distancia del cuerpo de guardia estaba la residencia de oficiales, oficinas y centralita telefónica, una vez dentro del cuartel y de forma simétrica, estaban las 4 baterías, el comedor y la cocina, además del patio de armas hogar del soldado, biblioteca enfermería y en fin, todo lo que cabía de esperar, pero por doquier habían plantados arboles y pequeños jardines, a decir verdad era muy acogedor. El primer mes fue también bastante duro, pues tuvimos otro periodo de instrucción, aunque aquí los mandos no eran especialmente duros, la instrucción era por las mañanas y la teórica por las tardes, esto era mas relajado pue entre charlas y lecciones, siempre había tiempo para bromas y algunos chistes, además de que ya éramos todos amigos o conocidos, cuando este primer mes paso, atrás quedo lo más duro. Por aquel entonces ya conocía el pequeño pueblo que cerca del cuartel, nos recibía cuando salíamos de paseo, por cierto, el nombre de Villanubla, era el nombre del pueblo, y recibía ese nombre por motivos históricos relacionados con las nieblas que por allí se daban. La vida se relajo mucho, y el tiempo pasaba sin sentir, algún servicio de vez en cuando, y cuando no, pues cada uno a su destino, mi destino táctico era el COA, (centro de operaciones antiaéreas) una vez por semana, el resto era la biblioteca, pero la verdad los compañeros de las baterías de armas no lo tuvieron tan fácil. Muchos fueron los buenos momentos vividos, y grandes fueron también las fiestas, aun hoy puedo asegurar que nunca me he reído tanto, como allí lo hice, y la relación con los compañeros era excelente, había un compañerismo total, también hubieron malos momentos, pero, estos pronto se olvidan, muchas son también las anécdotas, seria imposible recordarlas todas, pero de todo aquello me queda un sentimiento global que lo envuelve todo y un muy grato recuerdo de algo que fue importante en mi vida, una oportunidad única de conocer sitios nuevos y gentes de toda España, también situaciones extremas que por primera vez tienes que resolver tu solo, y eso realmente te forma, pienso yo, una parte esencial de tu personalidad. ¿Volvería a la mili? Sin duda alguna, siempre que fuera al mismo sitio y con las mismas gentes. Compañeros del 3º del 80, y reemplazos anteriores y posteriores a mi, que también fuisteis buenos amigos, han habido en lo largo de todos estos años muchos momentos que os he echado en falta, espero que la vida os haya tratado bien.

Algunos de mis compañeros o mandos se llamaban así:

Mis compañeros fueron, Domingo Nieves Alonso, Antonio gonzalez Valles, Miguel Arenas Carmona, Andres Grau Arau y tantos otros muchos. Mi capitán fue, Fernando Davara Rodríguez y el teniente Villar (que personaje) también el sargento Sánchez y otros muchos.

Pasados los años mi vida actual es así:

¿Cómo es mi vida hoy? Buena pregunta, apacible, quizás más de lo necesario. Tras todos aquellos años después de mi servicio militar, he desempeñado varios trabajos en el mundo del campo, no me voy a vanagloriar inventándome algún alto cargo, yo he sido un tío que literalmente se ha roto la espalda trabajando, y tras un accidente laboral y el diagnostico de una polineuropatía degenerativa que poco a poco me reduce mas la movilidad, ahora paso mis días con la lectura, soy un devorador de libros, y también con mi afición, el retocado fotográfico amateur con Photoshop. Así voy pasando los días, viendo como pasa la vida, mientras contemplo como crece y se amplia la familia, y con mi circulo de entrañables amigos paso los ratos que me quedan en agradable armonía.