Uno de los mochileros con más presencia en el mundo, docenas de países visitados a su espalda y una sabiduría que solo puede ser patrimonio de un buen observador, y probablemente una de las personas con más conocimientos empíricos sobre la humanidad actual, Iñaki Chozas Varona, un destacado ingeniero en robótica y entrañable amigo, hablando un día tranquilamente en torno a una partida de ajedrez y debatiendo un próximo viaje, me decía que los vascos podrían haber invadido Inglaterra si hubieran querido. Probablemente si todos midieran como él, dos metros, cabe la posibilidad de que unos cuantos 'morroskos', 'aizkolaris' y levanta piedras cabreados con buen combustible de 'txacoli' en el zurrón y ese malvado y tremebundo quesito ahumado de Idiazábal, trampa mortal para incautos que a nada te mete en michelines, lo hubieran conseguido.
Mi amigo Iñaki no da puntada sin hilo, tiene frases lapidarias. Un día, veníamos de abrir una escuela de ajedrez en un campamento de refugiados en Jordania y me soltó una frase así, tipo Thoreau, tal como que: "Una persona con sentido común tiene que ser culta por necesidad y por ende sabe que el mundo es una nación y que un ser humano es su ciudadano". Hablábamos de ese querido rincón en el noreste de España que se debate entre la pequeñez y la grandiosidad en una encrucijada histórica compartiendo el futuro de una gran nación o navegando en solitario con el riesgo de ser devorada por alevosos caníbales internacionales —léase Rusia, Norteamérica, China, etc.— que no reparan en medios a la hora de fagocitar a los despistados y concluimos con aquella lapidaria frase de Unamuno que decía que "el nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia".
Respuestas
Es que no era de Bilbao, que si no!