Tal día como hoy, pero de 1557. El explorador y marino Juan Ladrillero zarpa de Valdivia (Chile) y alcanza la Isla de la Desesperación antes de adentrarse en el Estrecho de Magallanes.
“En miércoles diez y siete de Noviembre de mil y quinientos cincuenta y siete años, partió á la armada de S. M. del puerto de la ciudad de Valdivia en demanda y descubrimiento del estrecho por mandado del Illmo. Sr. Gobernador don García Hurtado de Mendoza en la cual dha. Armada pa. Hacer el dho. Descubrimiento envia al capita Juan Ladrillero y para su ayuda al capitan Francisco Cortes Hogea con dos navios é un bergantin el cual descubrimiento es por la parte que el capitan Magallánes salió del dho. estrecho el año de 1520 en demanda de las islas de Maluco ó Maloca que son en la Asia y tierra de especería”.
Así comienza el apasionante relato del escribano Miguel de Goicueta, navegante de la San Sebastián, que junto a la nave San Luis, y bajo el mando de Juan Ladrillero compartieron la aventura. Miguel de Goicueta, acota que el relato está basado en la experiencia vivida a bordo de la San Sebastián, debido a no tener constancia de lo registrado en la San Luis, de la que solo obtuvo “ligeros extractos”. Tal detalle se debe a que las tempestades separaron a ambos navíos.
Efectivamente, El 17 de noviembre de 1557, con una tripulación de sesenta hombres a bordo de las naves "San Luis" y "Sebastián" y un bergantín, emprendieron el viaje desde el puerto de Valdivia. A poco de iniciada la navegación el bergantín desapareció y días después un temporal dispersó las otras dos naves, que no volvieron a encontrarse. La "San Sebastián", al mando de Cortés Ojea, trató de internarse en el estrecho, pero los embates del mar y el vapuleo en el intrincado archipiélago castigaron duramente la nave, a tal punto que decidieron regresar. Con la embarcación en muy mal estado recalaron en una isla desconocida. En dos meses con los restos de la nave construyeron un lanchón al que llamaron "San Salvador"; en él lograron, después de un penoso viaje, arribar a Valdivia. Los sobrevivientes informaron que la nave capitana "San Luis" había desaparecido y dieron por seguro su naufragio. La falta de información hizo que se divulgara que el estrecho se había cerrado, lo que dio lugar a distintas versiones sobre el fenómeno natural que había podido causar semejante cataclismo, pero mientras se difundía toda clase de rumores, inasequible al desaliento, Ladrillero navegaba por los intrincados canales que abundan en la región austral.Después de explorar la mitad del estrecho se detuvo en un puerto natural que denominó "Nuestra Señora de los Remedios", donde permaneció durante cerca de cinco meses -de marzo a julio de 1558-.
Ladrillero, con suficientes méritos para seguir los pasos del marino y navegante portugués Hernando de Magallanes, halló sin embargo en su viaje un fiordo en lugar del ahora famoso estrecho, por lo que decidió llamarlo Última Esperanza. Posee dos comunas, Puerto Natales y las famosas Torres del Paine, uno de los enclaves turísticos más cotizados de la Patagonia chilena por su Parque Nacional, donde su montaña cumbre alcanza los 3050 metros sobre el nivel del mar.Se trata de la puerta de entrada a la vasta Antártida, una ciudad y terminal marítima ubicada a más de tres mil kilómetros de Santiago, calificada también como la capital de la Patagonia Austral. Desde allí aparecieron en el horizonte los lugares más remotos del orbe. Primero, Cabo Froward, donde está la gigantesca Cruz de los Mares, considerado el punto más austral de la masa continental de América. Y después el Islote Aguila, en el archipiélago Diego Ramírez, punto más meridional de América y, naturalmente, Cabo de Hornos, en la Isla de Hornos y archipiélago de Tierra del Fuego, cuya capital es Puerto Williams.
El 22 de julio prosiguió viaje y el 9 de agosto llegó a la boca oriental del estrecho, de la que tomó posesión en nombre del rey de España. Allí se estableció un tiempo sin pasar al océano Atlántico y trabó relación con unas tribus de aborígenes. Después de una corta estancia decidió emprender el regreso.
A pesar de las penurias que debieron soportar, en su diario de viaje Ladrillero relevó prolijamente los canales, los detalles de las costas y las características geográficas de la región, sus recursos y población, todo con datos muy útiles para el conocimiento del estrecho, aunque sin relatar en detalle las circunstancias de la exploración. De lo que no hay dudas es de que su gran experiencia como navegante contribuyó al éxito del viaje, que demostró el valor estratégico del brazo de mar que permitía unir los dos océanos e incorporar nuevos territorios para la Corona, aunque lamentablemente no eran aptos para proyectar nuevas fundaciones por la aridez de las tierras y las hostiles condiciones climáticas.
La expedición tuvo un fin trágico. La "San Luis" regresó a poco más de dos años de su partida, el 15 de enero de 1559, con menos de la mitad de los tripulantes que la habían iniciado, muchos de quienes murieron por enfermedades o agotamiento pocos días después de anclar en Valdivia. Ladrillero y dos marinos lograron sobrevivir a las consecuencias de tan penosa tarea cumplida. De esta manera quedó desvirtuado el mito acerca del cerramiento del estrecho. Las autoridades españolas trataron de no desmentirlo con el propósito de espantar a los piratas de todas las banderas que, sin dudas, tenían la intención de saquear las naves españolas que navegaban en el Pacífico.
Juan Ladrillero demostró que la navegación del Estrecho de Magallanes podía llevarse a cabo en sentido opuesto al que hasta entonces se había hecho. Se lo considera, después de Hernando de Magallanes, el segundo descubridor, por ser el primero que hizo la doble travesía del entonces más accesible paso que unía las aguas del Atlántico y el Pacífico.
El personaje desconocido
Juan Fernández Ladrillero nació en Moguer, España, en 1505. Desde muy joven se interesó en los estudios cosmográficos y astrológicos y se dedicó asimismo a la navegación, campo en el que más se destacó. Se estableció en Nicaragua, donde se dedicó a la construcción naval sin dejar de navegar, de tal manera que a los 30 años había cruzado el Atlántico en veintidós ocasiones. Posteriormente se trasladó a Perú, donde participó en la guerra civil que protagonizaron los Pizarro y contrajo matrimonio con doña Francisca de Cabrera en la ciudad de La Paz para finalmente llegar a Chile junto al gobernador Hurtado de Mendoza en 1557 que entre sus proyectos tenía la intención de reconocer la boca occidental del Estrecho de Magallanes. Al igual que Valdivia, su antecesor, tenía conciencia del valor estratégico del estrecho y, a pesar de los fracasos de las expediciones anteriores, ordenó acometer la empresa.
Ladrillero – muy recordado en el Chile actual - es uno de los navegantes y expedicionarios más injustamente olvidados por la Historia de España. Valgan estas breves líneas para hacer honor a su memoria
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