Un par de anécdotas más para los que les pueda interesar:
En La Legión no se andan con tonterías:
A finales de los años 70, en Fuerteventura, cuartel de la Legión.
El oficial que está de guardia tiene conocimiento que en este día llegara procedente de la península un oficial que viene destinado al Tercio III de Fuerteventura.
El oficial de guardia más veterano y deseoso de ayudar a su compañero, tenía previstas aquellas necesidades que le puedan surgir en los primeros días de su estancia en el cuartel.
Llega el Land Rover de mando del cual baja un oficial bisoño, sin apenas barba, el clima soleado de las islas contrastaba con el del joven teniente.
En su mano izquierda llevaba enfundado el sable de oficial.
Saludo al oficial de guardia, estuvieron hablando largo rato, le indico a la compañía donde iba destinado, se presentó, a los jefes que estaban en su despacho en ese momento y posteriormente se dirigió hacia el almacén para adquirir el uniforme verde de La Legión, gorrillo, divisa, etc.
Hecho esto se dirigió hacia la residencia de oficiales y allí se cambió de uniforme, nuevo flamante, botas brillantes, sin un roce, la divisa no la pudo coser, faltaba hilo y aguja.
Paso por el cuerpo de guardia donde fue saludado por los legionarios a ser reconocido como el oficial que había llegado nuevo.
Al llegar a la compañía que iba destinado se encontró con el cuartelero de puertas que lo paró en seco, no le permitió la entrada, y el cabo de cuartel hubo de salir antes que el cuartelero "impidiera el paso al visitante".
el cabo viendo al joven con poca barba, que además quería ver al capitán por "asuntos personales" no se lo pensó y le arreo un guantazo que el mencionado se quedó mirando en sentido contrario al que venía.
En tanto el sargento de cuartel escuchando la escaramuza sale de su cuarto y ve lo que sucede, algo sabia de la llegada del oficial, ordena al cabo que le traiga al supuesto recluta que quería ver al capitán.
El sargento tras escuchar lo ocurrido lo hizo pasar rápidamente al despacho del capitán, claro el oficial con toda la cara enrojecida.
Los datos son totalmente ciertos, no se mencionan los nombres ni la unidad, el teniente pidió para su unidad aquel cabo que le había enseñado que en La Legión no se andan con tonterías.
Una columna de tanques marroquíes:
A finales del año 1983 en la 3ª Bandera (Tigres de Buharrat), había un puesto de vigilancia de la frontera, trabajo que realizaban los gastacas, este estaba situado muy cerca del mesón tanto del antiguo de madera como del nuevo que se inauguraría más tarde.
Entre los gastacas de la 3ª Bandera había un grupo de alemanes, en el puesto para contemplar la frontera tenían unos visores nocturnos de primera generación (unos armatostes enormes y pesadísimos de luz infrarroja).
Una mañana cuando el refuerzo empezaba a devolver la munición uno de los alemanes descubrió una columna de tanques marroquíes acercándose a la frontera, naturalmente dio aviso y se tocó " generala", en menos de diez minutos toda la Bandera salía por el arco a paso ligero y eso que todavía no habían llegado los oficiales (el oficial de cuartel naturalmente daba las órdenes), ni la mayoría de los suboficiales, así que los cabos 1º mandaban las compañías 11 , 12, 13, y la 14 (plana) pero como todo el mundo sabía su cometido a toda leche para el Hito 4 (posiciones de defensivas asignadas en la frontera), se incorporaban los pernoctas, los oficiales y suboficiales, los furrieles municionaban apenas con la munición de los salientes de guardia eso si con la bayoneta calada sin que nadie diera una orden al respecto ya todo el mundo tenía claro cómo se mantendrían las posiciones asignadas a LA LEGIÓN .
De pronto a espaldas de los legionarios pasan los carros M48 del Regimiento de Caballería Alcántara, la cosa es seria y........ entre los legionarios había gente que no vestía el uniforme de LA LEGIÓN ni ningún otro uniforme, eran los licenciados que habían entregado sus equipos el día anterior eso si todos armados, la espera se prolonga hasta que el Teniente Coronel se sube a una loma... Todos pensaban a este lo fríen, pero no, no sucede nada, de repente el Teniente Coronel hace llamar al gastaca que descubrió los tanques marroquíes y empieza a apalearlo delante de todos.
Ya que con la cogorza que tenía había confundido un rebaño de cabras con una columna de tanques marroquíes.
Pascual Sánchez Soler 3º82
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