Como comenté en la primera parte sigo contando historias y anécdotas de la Legión.
Confraternizar:
Supongo que por los hechos es de época del protectorado, el caso es que el Capitán de la compañía de la Legión ya había explicado en repetidas ocasiones a los jefes de sección y estos a su vez a la tropa, que si se encontraban con los franceses durante las patrullas había que quedar bien con ellos y comportarse con educación y hospitalidad.
Por lo tanto, no es de extrañar que, al tercer día de patrulla de reconocimiento de esta compañía, se encontrasen a una unidad francesa colonial mandada por un teniente, que procedía de Fort Trinquet.
Cuando las cortesías militares dejaron paso al cambio de impresiones, los oficiales españoles pudieron contemplar a los franceses impecablemente uniformados y pasar a la envidia al ver los excelentes vehículos, armamento y material del que hacían gala los franceses.
Después de media hora de charla con el teniente francés y a la hora de las despedidas se organizó un gran revuelo en el bando francés. El conductor del teniente y algunos soldados tenían una cogorza impresionante y en vez de sus sombreros coloniales llevaban las gorras de la Legión.
El capitán de la compañía de la Legión hizo que se presentase ante el un legionario al que apodaban el “Majara”, vamos la joya de la compañía, al que le hecho una bronca monumental.
El Majara, aguanto la bronca, firmes como un palo y tocando con los dedos el ala del sombrero colonial que se había agenciado y que le daba un cierto aire de Lawrence de Arabia recién alistado.
Tras la bronca se dio la orden de marcha y cada legionario se dirigió a su vehículo para embarcar, mientras se oía la voz aguardentosa del Majara mascullando:
-No te jode con los guiris estos, se beben nuestro moyate, se fuman nuestros petardos, se colocan y yo me llevo el rapapolvo, eso me pasa por alternar con húngaros como quería el capitán.
Donación de sangre:
La Legión siempre se ha integrado en y con las poblaciones a las que ha sido enviada, en este caso es en Ronda, el Tercio 4º de la Legión invita a los ciudadanos de Ronda a actos militares y la Legión participa en actos cívicos o religiosos como la Semana Santa que en dicha población reviste especial solemnidad, así mismo la Legión siempre ha estado dispuesta en acudir en auxilio de los ciudadanos colectiva o individualmente, una delas formas más habituales de apoyo de los legionarios a la población es la donación de sangre, pero en este caso fue a la inversa.
Por el año 1982, ingreso un legionario en la Clinica Sagrada Familia con herida por arma de fuego siendo necesaria una dilatada transfusión de sangre para hacer frente a la extrema gravedad de su estado y la pertinente intervención quirúrgica.
Hecha la oportuna convocatoria por el Capitán Capellán, que se encontraba en la Clinica con el herido, a través del Capitán de Servicio, acudieron desde el Cuartel de la Concepción en cumplimiento del “Espíritu de Compañerismo” en ininterrumpida prestación, hasta completar el volumen de sangre requerida, veintidós Caballeros Legionarios, dándose el caso que, de forma espontánea, se incorpora al grupo de donantes voluntarios la Señorita Inmaculada Guerrero Pan (pongo el nombre porque se lo merece), vecina de Ronda.
Preguntada por el Capitán Capellán sobre la motivación que la llevaba a efectuar tal donación, contesto:
-“Ya que la Legión nos da su sangre cuando la necesitamos, yo también quiero dar mi sangre por la Legión”.
Pascual Sánchez Soler 3º/82
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