El loro de Smara y el Ministro.
En agosto de 1974 el Ministro del Ejército, el teniente general Francisco Coloma Gallegos y Pérez realizaba una visita de inspección por el Tercer Tercio, desplazándose a Smara para ver a la VII Bandera.
Tras la correspondiente rendición de honores, exposiciones, visita a instalaciones, llegó el momento de tomarse un refresco en el bar de Oficiales.
El Loro de Smara vivía en el citado bar y de vez en cuando le daba por silbar de carretilla todos los toques militares como si fuera un cornetín de órdenes. Del mismo modo también recitaba frases en las que se incluía de todo, pero también insultos y palabras poco decorosas.
Por una de esas casualidades que en ocasiones nos brinda el azar, poco antes de entrar el Ministro al bar el loro había empezado con las marchas militares y al cruzar la puerta el general coincidió precisamente con el inicio de la "Marcha de Infantes". El Ministro no se lo podía creer, ¡qué maravilla!, ¡qué perfección!, todo eran alabanzas por haber logrado que un simple animal fuera capaz de sustituir al cornetín de órdenes, no ya solo por lo bien que lo imitaba, pues no se notaba la diferencia, sino por obedecer las órdenes de inicio del toque en el momento preciso justo al aparecer por la puerta, al igual que ocurriera momentos antes cuando ante las unidades formadas subía al podium para la rendición de honores.
El loro tras la "Marcha de Infantes" había dejado de silbar y todos los presentes escuchaban en silencio y respetuosamente las palabras eufóricas del Ministro. Finalizadas éstas, el loro que no distinguía bien los empleos pero sí el caqui del verde, con voz potente dijo:
– “¡Pistolo, Cabrón!”
Nadie de los presentes, ni el propio Teniente General pudo aguantarse las risas y carcajadas. Coloma que había mandado el Tercio Don Juan de Austria en la primera época del Sahara se lo tomó a bien y dijo:
– "¡Estas cosas solo ocurren en la Legión!".
Comentarios
Gracias por tus articulos.
Como siempre te digo. Impresionante, me dejas anonadado con tus artículos.