“Es que he navegado hasta allí y me gustaría saber qué reclama exactamente Madrid de esas islas”, le pido.
“España –fue la impecable respuesta– no discute la soberanía portuguesa sobre las islas Salvajes, pero estima que, de acuerdo al Derecho Internacional del Mar en vigor, tales promontorios rocosos no dan derecho al cálculo de una Zona Económica Exclusiva o Plataforma Continental a partir de los mismos, aunque sí Mar Territorial”.
Deshabitadas, las Salvajes fueron durante siglos propiedad de familias de Madeira. En 1911, el gobierno español comunicó al portugués su intención de integrarlas a las Canarias y construir un faro. A Lisboa no le hizo ninguna gracia y Madrid guardó el faro en un cajón. En 1938, aprovechando que España estaba en guerra civil, Portugal logró que la Comisión Permanente del Derecho Marítimo Internacional las reconociera como islas portuguesas. En 1975, aprovechando la intestabilidad política en Portugal, unos españoles –la iniciativa fue privada– desembarcaron y plantaron la bandera de España. Los incidentes con pescadores canarios y algún vuelo rasante de aviones del ejército español han ido tensando puntualmente estos “promontorios rocosos”.
Estráctos, texto completo, leer más: https://www.lavanguardia.com/internacional/20191020/471069089351/islas-salvajes-espana-conflicto.html
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