Ocho presos del 11-M, 146 reclusos por yihadismo

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Saed El Harrak salió de prisión el pasado 25 de octubre de 2017. Condenado a 12 años de cárcel por su relación con la célula yihadista que cometió los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, durante todo ese tiempo permaneció recluido en primer grado penitenciario, un duro régimen penitenciario de vida que le obligó a permanecer durante toda la condena en su celda con tan solo cuatro o cinco horas diarias de salida al patio. Al abandonar aquel día la prisión de Mansilla, en León, la policía estaba a la puerta esperándole para proceder a su expulsión de España rumbo a su país de origen, Marruecos. Tras su excarcelación, solo ocho de los 18 condenados por el Tribunal Supremo por la masacre de Atocha permanecen en prisión cuando se cumplen 14 años de los mismos. Son una mínima parte de los 146 reclusos por yihadismo —diez de ellos mujeres— que están encarcelados en la actualidad, según los últimos datos del Ministerio del Interior a los que ha tenido acceso EL PAÍS.

Los ocho presos por el 11-M son Hassan El Haski, Rachid Aglif, alias El Conejo, Mohamed Bouharrat, Abdemaljid Bouchar (bautizado en su día por la policía como El Gamo tras escapar de una primera detención a la carrera), José Emilio Suárez Trashorras, Jamal Zougam, Otman El Gnaoui y Antonio Toro. A este último, el Tribunal Supremo le impuso una pena de cuatro años por su implicación en los atentados que ya ha cumplido. Sin embargo, permanecerá en la prisión de Boxe (Lugo) hasta 2022 después de que en 2009 la justicia acordara acumular las condenas que le habían impuesto los diversos tribunales, principalmente por tráfico de drogas.

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Respuestas

  • Todo Extranjero que se tenga certeza de su radicalización debería de ser expulsado a su país de origen inmediatamente. Es lamentable que tengan que cometer el delito, para poder entonces detenerlos.

    Si no se abre la puerta tan a la ligera, al menos seremos mas fuertes contra el terrorismo. No que ahora son todo facilidades para su captación de otros radicales, y tener el enemigo en casa ¿y por qué razón? Supongo que por idiotas.

    A veces solo es necesario pensar que las guerras de ocupación de un país ya no serán en un futuro con las armas, simplemente van llegando, exigiendo derechos, pero no deberes, y no se marchan. Al final ganan terreno, y por desgracia, parece que nos estamos resignando a ello.

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