Un par de cohetes han impactado esta mañana en la base militar que agrupa a dos de cada tres efectivos españoles en Irak. Besmaya, a cincuenta kilómetros al sur de Bagdad, alberga a trescientos cincuenta españoles, entre soldados, legionarios y guardias civiles, dentro de la operación de la OTAN de adiestramiento de las fuerzas de seguridad iraquíes. Las instalaciones conocidas como Gran Capitán lindan con las ocupadas por personal militar de Estados Unidos y Reino Unido -y en ocasiones de Canadá, Portugal, Francia, Australia u Holanda- además de personal de mantenimiento de Bangladesh.
Esta es la principal base española en Irak, que mantiene 240 efectivos más en otros tres puntos, como Taji. Allí cuenta con varios helicópteros y ochenta efectivos, que la semana pasada salieron ilesos de un ataque mucho más grave con veinticinco proyectiles, que dejó muertos en el contingente estadounidense y británico. Algo que desencadenó una represalia de los primeros en la que los peor parados fueron el ejército y la policía iraquíes, lo que provocó una airada protesta por parte de Bagdad.
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