El fuerte de San Diego en Acapulco de Juárez se construyó para la defensa de la bahía dende atracaba el Galeón Manila dado los ataques piratas ingleses y holandeses. El entonces Virrey de Nueva España, Diego Fernández de Córdoba y López de las Roelas, marqués de Guadalcázar encargó la construcción al ingeniero militar nacido en los Paises Bajos, Adrián Boot en 1615 en forma de pentágono, foso con puente elevadizo y 5 baluartes. Su construcción se vió retrasada por un terremoto y como causa de otro producido en 1766 el fuerte tuvo que ser reformando, trabajos que dirigió el ingeniero militar ingeniero Ramón Panón entre 1778 y 1783 quedando ampliado para poder albergar a 2.000 personas y almacenes para alimentos y agua para un año.
En las proximidades del fuerte en lo alto del Cerro de La Mira, se construyó el Fortín Álvarez de forma rectangular de 40 por 16 metros, muros de 80 cms. y 6 mts de altura con torres de vigilancia en sus cuatro esquinas; su finalidad era mantener alejado del fuerte de San Diego el almacenaje de la pólvora y municiones.
Durante la guerra de la independencia el fuerte de San Diego y sus fortines de apoyo quedaron sitiados por un ejército de 2000 soldados al mando de José María Morelos, tras 4 meses de sitio el 19 de agosto de 1813 consiguió la rendición de la guarnición al mando del coronel Pedro Antonio Vélez a los que se les dieron honores militares. En el México independiente conservó sus funciones militares y de cárcel. Durante la Revolución de Ayutla, Antonio López de Santa Anna sitió en el fuerte a los rebeldes encabezados por Ignacio Comonfort. En la Revolución Mexicana, el sitio fue bombardeado por órdenes de Venustiano Carranza desde el cañonero Guerrero.
En la actualidad el fuerte de San Diego es el Museo Histórico de Acapulco dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
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