Esta impresionante fortaleza mantuvo a raya a los invasores durante siglos, aunque en el siglo XIX algunos patriotas cubanos murieron a manos de pelotones de fusilamiento. Es interesante conocer que Machado y Batista utilizaron esta fortaleza como prisión militar, y que tras la Revolución, el Che Guevara instaló su cuartel general dentro de las murallas.
Hoy en día la fortaleza ha sido restaurada para el turismo y se puede pasar al menos un día visitándola. Junto a ella encontrarás bares, restaurantes, tiendas de recuerdos, y una tienda de tabaco donde se encuentra el cigarro más grande del mundo que tiene 90 metros y fue creado en honor del exlíder de su país, Fidel Castro.
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