En los últimos días ya se ha visto más movimiento del habitual por Pedralonga, ya que en el recinto de la fábrica de armas coruñesa, que ahora gestiona Hércules de Armamento, ya hay 65 empleados trabajado. Esta plantilla se verá reforzada hoy, cuando entren, en varios turnos, otros 90 trabajadores.

La factoría volverá así a recobrar parte del brío de antaño, ya que cuando la multinacional americana General Dynamics anunció en febrero del 2013 su intención de cerrar la planta coruñesa trabajaban en ella 172 empleados, aunque en la factoría habían llegado a ocupar en los años cincuenta hasta 1.250 personas. Desde hoy en el mismo recinto lo harán 155, de los que 35 son antiguos trabajadores de la fábrica.

Los primeros operarios se habían incorporado en el mes de abril y previamente, en diciembre del año pasado, lo había hecho un equipo multidisciplinar de I+D+i, responsable del diseño de productos nuevos.

Desde Hércules de Armamento se había informado inicialmente que la plantilla estaría dentro ya el 10 de octubre, pero se retrasó, aunque lo harán finalmente dentro del margen del primer año de concesión, ya que si bien la decisión del concurso se había producido el 10 de octubre del año pasado, la empresa ha recalcado que no se le había notificado oficialmente hasta noviembre. La firma había achacado la demora en sus planes, en cuanto a la puesta a punto de las máquinas, la limpieza de las instalaciones y al proceso de producción, al recurso de alzada presentado por la otra firma que se había presentado al concurso.

En junio de este año lo que se constituyó fue la comisión de seguimiento encargada de velar por el cumplimiento de los términos de la concesión por parte de Defensa. Esta comisión está integrada por tres funcionarios del ministerio y dos personas de Hércules de Armamento, de las cuales una va en representación de los trabajadores.

Pese a que la factoría comienza desde hoy una nueva etapa, parte de la plantilla de la antigua General Dynamics, respaldada por UGT, continúan movilizándose regularmente ya que cuestionan cómo se llevó a cabo esta adjudicación.

Una producción que va desde pistolas a prótesis o ahorradores de energía

Si bien la fábrica de armas continúa liada al sector armamentístico, la nueva compañía pretende también centrarse en la producción civil. Así, la firma quiere ampliar mercado produciendo piezas de automoción y productos sanitarios, además de componentes electrónicos, que respaldarán el sector de armamento, donde ya cuentan con un producto propio, admitido por la Oficina de Patentes y Marcas, que consiste en una pistola modular, que permite varios soportes.

Además, la empresa ha establecido un convenio con una multinacional alemana de armamento para continuar ampliando la línea de productos en este campo y ha anunciado que quiere desarrollar una gama de pistolas de diferentes modelos y calibres, además de apostar por componentes de vehículos militares, componentes metálicos de municiones y cañones de calibre de guerra para el mercado exterior.

Hércules de Armamento informó recientemente que los precontratos iniciales, que formaban parte decisiva de su plan de negocio, ya se están concretando y están trabajando en el sector de la automoción en el campo de motores y transmisores, así como en la fabricación de prótesis para el sector médico y en ahorradores de energía para el sector energético.

Para que estos productos cuenten con demanda ha establecido además una red comercial, con once trabajadores, centrada en América y Europa.