El Conde Ricla, Antonio Funes de Villapando, a la sazón Capitán General de la Isla aprobó el proyecto que le presenta el ingeniero Silvestre de Abarca del segundo sistema defensivo: las fortalezas San Carlos de La Cabaña, Santo Domingo de Atarés y el Castillo del Príncipe.
Para edificar este último se escogió la Loma de Aróstegui, y se le encargó al ingeniero Agustín Cramer Mañera, que con los diseños del ingeniero Abarca, comenzara las obras en 1767, no terminándose por completo hasta después de 1779, por el brigadier Luis Huet, quien modificó los planos originales.
Se le dio el nombre de Castillo del Príncipe, por el entonces heredero de la Corona Real de España, el príncipe Don Carlos, que después reinó con el nombre de Carlos IV.
La fortificación asemeja un pentágono irregular con dos baluartes, dos semibaluartes y un rediente. Tiene grandes fosos, las galerías de minas, almacenes, oficinas, aljibe y alojamiento para una guarnición de unos 900 hombres. Su artillería estaba dotada de 60 piezas de varios calibres.
La pesada verja de hierro y bronce que cerraba el paso intramuros en El Templete fue trasladada para este lugar. Además, con los años sufrió varios cambios constructivos y ampliaciones.
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